Para mí eres esa luz que aunque fue intensa, se difundió y se perdió en la inmensa oscuridad de la noche para nunca más volver. Eres lo hermoso de una tarde gris y lluviosa, el atardecer del alba, el sombrío rugir de unos paso que se alejan a lo largo de un camino sin retorno. Lo bonito de un ayer, el dolor de un adiós. Un momento de momentos, una experiencia exquisita y perturbadora pero necesaria... Fuiste, esa es la verdad, ya no eres ni serás nunca más. Espero encontrar la fuerza necesaria para cerrar la puerta que separa el pasado del presente sin sentir que lo que cierro es un pedazo de mi misma.
Gina Hidalgo
04/04/07
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