Te dejó ir por el simple hecho de que me gustas y no puedo verte, porque me encantaría poder abrazarte, pero tus brazos se aferran a diferentes cuerpos que no son el mío y con variopintos roles... Por esa razón te dejo ir.
Te dejó ir porque me fascinas y mucho, tu intelecto junto con tu gran sentido del humor, me pusieron una trampa y caí rendida. Alborotaste mis pensamientos, mis hormonas, mis emociones... Derretida por tu suave voz, me dejé llevar y ahora vagas por mi mente a placer... Por eso te dejo ir.
Te dejo ir porque me traicionaste, porque se vale arrepentirse pero no diluirse en unas pocas palabras, a los amigos se les habla claro y de frente.
Te dejo ir porque tus alarmas se encendieron (y con razón), mientras que las mías se hicieron las sordas, las ciegas y las mudas tratando de regalarme un poco de sosiego... Por eso te dejo ir.
Te dejo ir simplemente porque no quisiste quedarte, decisión que es absolutamente válida, sobretodo cuando otras aguas pueden calmar tu sed, mientras sus olas te arrullan y se vuelven cómplices de tus profundos deseos, mientras yo sólo puedo ser el dulce riachuelo que te acompañó en otros tiempos... Por eso te dejo ir.
Te dejó ir porque alguien tan conocido y tan ajeno, tan fascinante y loco, tan fuera de este mundo, tan enigmático como seductor, tan inteligente como pícaro, con olor a menta profunda, con sabor a cacao y café, con ojos pequeños y cegatones pero que encierran una llama de energía infinita, que se traduce en verbo y prosa, sencillamente no está a mi alcance... Por eso te dejo ir.
Te dejo ir porque me excitaste el cerebro al mismo tiempo que activaste mi cuerpo y todo eso prácticamente sin tocarme y eso no lo logra un ser común y corriente...
Te dejó ir porque entendí que preferiste evadirme que enfrentarme y yo intensa como racional, toda en una, prefiero una verdad dolorosa que una mentira piadosa... Por eso te dejo ir...
Te dejo ir porque al fin de cuentas decidiste por los dos, con muchos motivos, pero sin una explicación... Te dejó ir porque me dejaste sin tus ganas y con las mías en remojo... Te dejó ir porque siempre serás una corta pero encantadora experiencia, eres parte de mi pasado y un reencuentro con mi presente... Te dejó ir porque llegaste y partiste casi al mismo tiempo, siendo un suspiro al alba que invisible marchó en el ocaso... Porque mi cariño hacia ti es verdadero y mi amistad sincera... Te dejo ir.
Gina Hidalgo 22/11/16 11:31 pm.
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